La Clase Obrera y el Cura
José Matías Delgado
El 5 de noviembre de 1821, el cura
José Matías Delgado pegó un grito y se puso a sonar campanazon
en la Iglesia de la Merced, en la ciudad de San Salvador. Todas gentes
de la cuidad que valían la
pena dijeron que era un loco aquien habia que ponerlo en su lugar, para
que no siguiera con sus bullas;
lo único que estaba consiguiendo era desprestigiar al país ante nuestro
meros amos del Noroeste
y el resto del mundo civilizado, que qué iban a pensar de nosotros en Madrid,
con esas
calumnias que regaba el mentado cura, diciendo que había injusticias y
subyugación en toda la provincia.
Las viejas ricas cloquearon entre sus collares y sus bigotes .
“Cura narizón que lo que debiera es limitarse a enseñar el Rosario y dar
sus misas cantadas
y preparar a los niños y a los criados en la Doctrina y predicar sobre
el Santo Matrimonio
--- dijeron -- no andar aí de candil de la calle metido a Redentor Puñetero.”
Pero el Padre José Matías le siguió dando. La verdad es que los primeros
peninsulares
que supieron escoger la libertad y mandaron al diablo a España y al Rey,
sí ganaron
(y estuvieron listos para coger parte del nuevo mango de la nueva sartén).
Habría hoy un
lugar para cosas así ? Habría dar ese lugar ? El cherito José Matías Delgado,
como cura principal que era
de San Salvador y como dueño de una hacienda añilera de mil 440 manzanas,
pertenecía,
o bien a la clase alta o bien a un sector equidistante entre los sectores
más altos de la clase media y la clase alta.
Era criollo hijo de criollos y poseía ilustración. Ello quiere decir que
el padre José Matías
no era lo que se llamaba entonces un hombre del pueblo y más bien pertenecía
a lo que hoy
llamaríamos las clases explotadoras o por lo menos las clases que, teniendo
las condiciones
para ser plenamente explotadoras, eran sin embargo explotadoras por España
y necesitaban
sacudirse a la Madre Patria del lomo para explotarnos mejor.
Por qué, entonces, venimos tratando tan bien,tan simpáticamente ,al cura
Delgado,
desde el inicio de este poema ? Hay una (única ) razón: lo que no se puede
negar es que el chero
José Matías era hijo de la nación que pugnaba por nacer. Y por su ubicación
social y
sus características personales, por el tipo de la sociedad colonial en
que surgió,
estuvo en capacidad de tener conciencia de ello, aún al nivel de identificar
los intereses de la naciente
nación con los de la clase a que pertenecía. El enemigo principal de aquel
feto de nación
era entonces el colonialismo español. Al luchar contra él, aunque no fuera
del todo bien,
José Matías Delgado defendía los intereses de todos los centroamericanos,
desde el más encopetado
hasta el más pelado.
José Matías y sus camaradas de procerato, junto con la gran mayoría de
la capa inferior
de los criollos y la superior y media de los mestizos, lograron la independencia
política formal
de nuestro país. Y eso fue bueno de por sí, independientemente de si lo
hicieran por favorecer
al pueblo ( que en verdad estaba formado por las clases llamadas entonces
bajas y
por las capas bajas de la clase media), o de si lo hicieran por vender
a mejor precio su añil y su cacao,
fuera del monopolio comercial de España. No nos oponemos pues, a considear
al Curita,
como Padre de la Patria (hay que decir también que la hija no está como
para andar presumiendo).
Además hay que considerar también que la historia posterior del desarrollo
de lo que entonces
eran las clases dominantes de El salvador, no hay que ser tan del al tiro
mecánicos.
Pues no es verdad que los próceres hayan sido tan sólo las semillas de
las catorce grandes familias,
de los barones del café. Unos próceres sí, pero otros no.
Los próceres lucharon contra España para explotar (objetivamente ) al país
en nombre propio.
Y desde aquel hoyo que fue entre nosotros el principio del siglo pasado,
nos dan todo el aspecto de que querían ser la burguesía nacional.
Se amolaron. Porque en su interior, las contradicciones políticas a nivel
centroamericano
retardaron demasiado el proceso y ,por otra parte, porque
¿ con qué telas ( si no hay arañas) iban a dar el salto desde la gleba
políticamente
independiente que nos dejara España hasta la pujante etapa del capitalismo
cipotón?
¿Diónde burguesía nacional seria, sin industrialización, sin creación de
tecnología, sin clase obrera?.
La burguesía nacional no puede existir sin su contrario interno, sin su
sepulturero,
para no plantear más que este problema. De ahí que aquellas clases dominantes
que encabezaron la movida de la independencia se fragmentaran en pedazos
antagónicos (pedazos alemanes, franceses, ingleses, norteamericanos) |
y entre peleas que se llamaron liberal-conservadoras, chapino-guanacas,
catracho-pinoleras, etc.,
fueran perdiendo su primitiva cara progresista y se dedicaran a consolidar
la gleba, con las materias agrícolas y el corazón puestos en el Mercado
Internacional.
Vivir para el Mercado Internacional significaba vivir para el dueño del
Mercado Internacional
( que después de algunos forcejeos vino a ser el imperialismo norteamericano,
si me perdonan la expresión, sobre todo en poesía, vaso santo).
Entonces aquellas clases dominantes que se habían dormido en la corriente
( aunque no sin antes concentrar en sus manos toda la tierra del país y
matar de hambre a medio mundo),
vinieron a ser de nuevo las hijas-socias del patrón, las únicas intérpretes
de la voz del amo,
como el chucho careto de la RCA Victor.
Si la clase obrera salvadoreña hubiera existido en 1821, talvez podría
haberse unido
con la amplia cherada político-social del padre José Matías Delgado y
talvez habría habido burguesía nacional salvadoreña, es decir, burguesia
anticolonialista,
anti-imperialista, aunque fuera por una vez en la vida.
Pero nuestra clase obrera, y quizás habría que dar garcias a dios, ha venido
naciendo
ya demasiado tarde para meterse en todo eso. Aunque dichas así suenen las
cosas como tema de corrido chapín.
La oligarquía del imperialismo vende hoy al padre Delgado con los labios
pintados,
en fotos donde se le mira repartiendo hostias de pasta de Incaparina y
haciendo
con las dos manitas, a cada rato, el gesto de la Alianza para el Progeso,
de la Pacona y de la mismísima Mano Murder Inc. de Arana Osorio y de Fidel
Sanchéz.
Pero la clase obrera salvadoreña nunca será ya el contrario dinamizador
de la burguesía nacional,
que tuvo su único chance de vivir a partir de 1821.
La situación de hoy es muy distinta a la de la época de aquella independencia
política.
Al revés y al derecho, por dentro y por afuera.
El imperialismo desea que la Nación Salvadoreña S.A., Made in USA.
Lo cual quiere decir que la nación de los salvadoreños sólo será salvadoreña
si es anti-imperialista.
No hay de otras. No hay de piña, entradores.
Para esos afanes nacionales la clase obrera puede ganar para sí al Padre
Delgado,
padre de la Patria. Ayudándole a tocar bien duro las campanas de 1821,
ya no sólo
con la música de la Marsellesa y las canciones antimonárquicas, sino también
con la melodía
y los coros de la internacional .
Fin .
( Las Historias Prohibidas del Pulgarcito)