Miguel
Mármol .
Los
Sucesos de 1932 en El Salvador.
Si para Roque Dalton recoger
el testimonio de Miguel Mármol constituyó una de las grandes
satisfacciones de su vida, para los salvadoreños, después
de la guerra, la publicación de este fundamental libro de su historia,
en el umbral del siglo XXI, es un reconocimiento de las conquistas obtenidas
a través de la heroicidad de las luchas populares de las últimas
décadas y a la perennidad de las mismas .
Este prólogo quiere ser simultáneamente
expresión colectiva y homenaje, al invitar al rescate de las enseñanzas
de todos los que cayeron luchando por la transformación de nuestra
sociedad en una verdadera democracia durante los años de guerra
vividos. Escribirlo, y la satisfacción de imaginar la sonrisa de
Roque al ver su libro publicado en El Salvador es, en este caso, un privilegio
que sólo se justifica si se logra con este breve prólogo
motivar la recuperación de las lecciones heredadas.
Al ir leyendo este riquísimo testimonio,
reflexionar sobre lo acontecido en los años recientes y vislumbrar
el camino que se abre luego de la firma de los Acuerdos de Paz, emergen
rápidamente dos rasgos esenciales de la historia del país
y un enorme desafío: por un lado, la continuidad de las luchas populares
y la incesante transformación de ellas; por otro lado, la interrogamnte
sobre el carácter de estas luchas en este momento de construcción
de la democracia que nunca ha existido en El Salvador.
Si, a lo largo de todo el texto, mientras Miguel
Mármol va recordando numerosos sucesos, la victoria del movimiento
popular nunca está en duda, a pesar del reconocimiento, lúcido
en algunos momentos, de las derrotas y retrocesos temporales, de las dificultades
y enormes vacíos. Y esta actitud, que algunos podrían calificar
de voluntarismo político, es uno de los asideros claves que explica
el fracaso de las políticas contrainsurgentes, a pesar de la modernidad
con que fueron diseñadas.
Ellas impregnan los gastos y los esfuerzos
cotidianos de millares de salvadoreños en los duros años
de la guerra. Ella está presente en las luchas de este momento .
Es parte de la utopía que debe mantenerse frente al embate del pragmatismo
absoluto de hoy nos rodea. Y las luchas que Miguel Mármol relata
muestran la tensión permanente entre la realidad y las aspiraciones
y el sentido de la continuidad de las mismas, que no se agota con el deseado
y alcanzado silencio de los fusiles.
Por que ligada a esa actitud está
una constante, aunque preñada de contradicciones, voluntad de ir
adecuando las luchas populares a la realidad del país, lo que se
traduce en una incesante transformación de las mismas, proceso no
exento de dolorosos errores y profundos peligros, especialmente cuando
el contexto internacional es poco favorable a la construcción de
nuevas formas de democracia y a la ampliación de la justicia social
y económica a pesar del reconocimiento de que el actual modelo está
profundizando la pobreza de nuestro pueblos.
Pero la lectura de este libro debe también
conducir a la superación de los enclaves autoritarios que se han
interiorizado en todos los sectores de la sociedad salvadoreña,
incluidos los que luchan por un cambio favorable a la mayoría del
pueblo, sin temor, a partir del reconocimiento de la inagotable creatiidad
del pueblo salvadoreño que tan agudamente recogiera Roque en el
poema de amor a sus compatriotas.
Y en este momento, cuando las incertidumbres
parecen tener un mayor peso que las certezas, donde la interrogante sobre
el carácter que las luchas populares deben tener en el período
político que se ha abierto con la finalización de la guerra
desvela y cionaria del país, la lectura del testimonio de Miguel
Mármol constituye un refrescante punto de apoyo para pensar el camino
a seguir, especialmente para ir construyendo los referentes históricos
indispensables para potenciar las luchas populares, y que han sido sistemáticamente
ignorados o deformados por la historiografía oficial. Basta recordar
el velo que pretendió cubrir la insurrección popular de 1932
o la deformación de la gesta de Anastasio Aquino.
Farabundo Martí y sus compañeros
de lucha de los 20 han adquirido ya su legítima dimensión
mientras se va reconstruyendo la historia real del país, y mientras
el relato de Miguel Mármol señala la vía para ir haciendo,
sin mistificaciones, la historia del FMLN, de la cual este casi inmortal
luchador, así como Roque Dalton, forman parte indisoluble.
Forjar una nueva cultura política
en El Salvador es, entonces, un elemento que debe caracterizar a las luchas
populares a partir de la finalización de la guerra. Ya durante la
misma se dieron los primeros pasos, pero son claramente insuficientes.
Una lectura atenta, cuidadosa, de este testimonio y de otros que comienzan
a publicarse en el país es una valiosa fuente de ideas para esta
difícil pero ineludible tarea que debe enfrentarse sin miedo ni
recelos.
Pensando en la continuidad de las luchas populares
en El Salvador, en su incesante transformación, en el nuevo cáracter
que ella debe tener en este inédito momento, quisiera imaginar a
Miguel Mármol y a Roque Dalton platicando, en algún lugar
de El Salvador, después de la guerra:
__Roque, yo te dije al final
de la entrevista en Praga, que el cansancio que a veces sentía no
me hacía perder la vista mis responsabilidades revolucionarias ni
cejar en la lucha por la revolución socialista en El Salvador, que
quería verla funcionando aunque fuera una semana, y luego, un domingo
por la noche, digamos, ya me podría morir contento, ? crees que
lo lograré?
__Miguel,
creo que ya lo has logrado, la nueva sociedad salvadoreña ya ha
comenzado a construir con el sacrificio de muchos, de gentes que como tú
han hecho posible el inicio de este proceso. Están ocurriendo cosas
que jamás imaginastes vivir. Llámalo socialista o como quieras,
no es eso lo que interesa. Lo importante es el sentido de lo que hoy se
está construyendo y la tarea es evitar que los resultados de la
larga lucha de Farabundo, tú y muchos otros compañeros iniciaron
hace tantos años, sea desvirtuada.
Mario
Lungo.
San
Salvador, febrero de 1993.
(Tomado
de Miguel Mármol, UCA_EDITORES 1993.)