FORO DE SAO PAULO. VI Encuentro

Encuentro Cultural Latinoamericano “Roque Dalton”

San Salvador 22-23, VII, 96

PONENCIA: LA VIDA Y OBRA DE ROQUE DALTON

Por: Luis Melgar Brizuela (El Salvador)

1) Para una biografía de Roque

Varios son ya los estudios que se han publicado sobre la obra de nuestro poeta. En cambio, no tenemos noticias acerca de alguna biografía suya que haya salido o este por salir a la luz. ¿Será, por lo difícil de aprehender una vida tan huracán? ¿Será por lo insondable de sus traumas, como el de ser un hijo natural absolutamente señalable en el mas gordo nivel social? ¿O será, en fin, por lo tenebroso de su muerte, ese callejón sin salida en que, al asesinarlo, se metió el aventurerismo salvadoreño de izquierda?

Es cierto que en varios de sus libros, sobre todo en Taberna y en Pobrecito, hay largos retazos de autobiografía, como para facilitar la tarea pendiente. Pero también es cierto que quien la asuma en serio (y sin traicionar el humor del interfecto) deberá lidiar con un mito en el que caven no solo erosiones contradictorias sino ficciones, especulaciones y chismes a granel. Lo cual hace mas riesgosa a la vez que mas fascinante la empresa de su biografía.

En julio de 1993 se celebro aquí un simposio titulado “Roque Dalton :desmitificacion y realidad:, en el que dominaron dos problemáticas: la invención editorial, expuesta por Rafael Lara Martínez, y las incógnitas, cargos y contracargos acerca de su muerte, platillo de políticos y periodistas.
Relata el escritor nacional José María Méndez que en una encuesta hecha recientemente a estudiantes de Humanidades de una universidad local, a la pregunta de quien fue Roque Dalton uno de ellos respondió que fue un líder comunista fusilado en 1932 junto a Farabundo Marti. ¿No es eso la punto de un mito poético político? Lo que se sabe en general por unos y otros es que fue un militante “comunista” y que lo mataron sus mismos camaradas.
Lo demás flota en una nebuloso de conjeturas, elusiones y desmentidos, especialmente sus últimos dos años de vida en el seno de la organización politico-militar que lo elimino.

Según Roman Jakobson, en la biografía de un poeta importan mas los hechos simbólicos que los hechos reales y quien intentase escribirla en la línea de lo real “se vería reducido a componerla a base de futilidades:/ Creo que esta distinción es valida para la mayoría de los poetas pero no para aquellos que, como Dalton, vivieron un dramático desdoblamiento entre su ser escritor y un otro en pugna con el escritor, en su caso, su ser político. Hay varias pruebas de la contundencia de su rol político, según lo hacen constar amigos y enemigos:

Para Roberto Fernández Retamar, fue “una de las grandes figuras de la revolución continental y aun mundial, y sus pariguales son Ernesto Guevara y Carlos Fonseca:.

Para el Director de la Policía Nacional de 1960 en este país, el General Manuel Alemán Manzanares, (citado en El Turno por el propio poeta), este era “un elemento de lo mas peligrosísimo para la tranquilidad nacional:, era un comunista de primera línea que vivía agitando a la masa obrera, campesina y estudiantil, practicando consignas que había recibido en cónclaves del otro lado de la cortina de hierro".

Y para el Estado Mayor del antiguo Ejercito Revolucionario del Pueblo, ERP, hoy Partido Demócrata, PD, aquel escritor se convirtió en año y medio en una amenaza tal de liderazgo y de reinvención del rumbo político, que se sintieron orillados ejecutarlo como quien quita del paso un peñón sin medir hacia donde este ira luego a rodar. al menos así parecen querer darlo a entender ahora.

La imbricación poesía/política, típica de la historia cultural de nuestro país, es el punto de toque de cualquiera biografía de Roque que se quisiera integra, es decir, recuperadora de la verdad de su vida. Y por ello es tan espinoso, todavía, meter la mano en los archivos secretos del caso Dalton.

2. Poesía y sacrificialidad.

Dos rasgos dominantes en la historia de El Salvador/ Cuscatlán son la violencia estructural y la mentira nacionalista. Nacimos a la independencia en 1821, gracias a un ardid político- jurídico. El Acta misma lo dice, no se si con cinismo o con ingenuidad: había que proclamar la independencia “para prevenir las consecuencias que serian temibles en el caso de que la proclamase de hecho el mismo pueblo...” Fue la generación de Dalton, la llamada “comprometida”, quien señalo con todo el índice la trampa de la declaración de independencia. En su monografía histórica El Salvador, nuestro poeta menciona como ejemplo de continuismo el hecho de que el mismo español que había sido Capitán General de Guatemala hasta el 15 de Septiembre de 1821, Gabino Gainza, había seguido después de esa fecha fungiendo como Jefe Político.

Una y otra vez encontramos en la historia de la literatura salvadoreña a los poetas debatiéndose entre la poesía y la política, entre la creación personal y la vez del pueblo; siendo tragados por la violencia estructural, por la violencia simbólica, por falsos pactos de nación impuestos a sangre y mentira; siendo negados, en fin, estos poetas, por la cultura oficial de cada periodo:

Hablo de escritores como Francisco Díaz y Miguel Alvarez Castro del periodo federal o post-independentista, románticos y liberales que, según sus propios versos, dejaron la lira por la espada por seguir a Morazán en la causa del unionismo, esa causa que hasta hoy derrotada estuvo y esta en el núcleo de nuestra identidad centroamericana y mesoamericana.

Hablo del modernista Vicente Acosta, poeta, periodista, maestro y político, quien en 1908, exiliado a Honduras por el general Fernando Figueroa, se perdió entre los bares e intrigas del hermano país.

Hablo de Alberto Masferrer, filósofo, místico, periodista, maestro y político, quien en 1932 fue a morir de tristeza auto-exiliado a Guatemala, por la traición política de los cafetaleros y de los militares, cuando el proyecto humanista de nación fue masacrado. Poco antes el mismo Masferrer nos había dicho bien claramente que no éramos nación ni raza propias y que ya cargábamos con el síndrome de Cain por haber matado sin misericordia alguna a nuestro hermano el indio, por haber renegado de la raíz materna y ancestral y haber acabado con la cultura comunitaria de la madre tierra.

Y hablo de Jaime Suarez Quemain, muerto a machetazo limpio en 1980, por haber hecho poesía y periodismo rebeldes; y de Alfonso Hernández que cayo en 1988 vestido de guerrillero, haciendo libros y dibujando utopías.

{Pero por sobre todos ellos hablo de Roque Dalton, el venado sacrificial mas nuestro porque nos amo mas que nadie hasta dar su vida y su poesía por nosotros, sus compatriotas, sus hermanos. el mas testigo entre los poetas políticos que se hicieron ojo y voz de la tormenta; el mas mártir, el mas víctima propiciatoria, como el mismo lo dijo tanto en sus versos:

Usted sabe: me quedan algunos meses de vida. Los elegidos de los dioses seguimos estando a la izquierda del corazón. Debidamente condenados como herejes.

El denominador común de estos poetas no es solo haber ofrecido su vida y su obra sino, mas aun, haber abanderado un proyecto verdadero de nación y, por tanto, haber luchado contra la mentira nacionalista hasta las ultimas consecuencias. en roque la sacrificialidad alcanza un punto cumbre: desde que se asumió como poeta del pueblo estuvo dispuesto a morir.
Decía también que estaba dispuesto a matar, aunque esto quizás no habría que creérselo o debería incluirse en la correspondiente investigación biográfica.

Su vida y mas aun su muerte rebelan una tensión máxima entre política y poesía, hasta la inevitable implosión.
De hecho, tras el asesinato físico y el asesinato simbólico (la acusación de ser un infiltrado del enemigo), la organización guerrillera en que Roque militaba se partió en dos fracciones, la de sus detractores y la de sus reivindicadores: el militarismo de izquierda que vino a terminar en aventurerismo, sello su pacto interno con la muerte del poeta.

3.-La herencia principal de Dalton : un modelo de mestizaje.

En el IV Congreso Internacional de Literatura Centroamericana, que se celebro aquí el pasado febrero, presente una ponencia acerca de la teoría del mestizaje que encuentro, implícita y dispersa pero robusta y desafiante, a lo largo de la obra de Dalton. Ahí propongo cuatro pasos de reconstrucción de esa teoría del mestizaje: 1.) la denuncia de la no identidad; 2.) la investigación de la verdad histórica; 3.) la propuesta de una moral poética; 4.) el testimonio real de esa moral poética. Porque cumplió hasta la muerte esos cuatro pasos asumiéndose el para nosotros como ofrenda y propuesta de una identidad verdadera, por eso es el testigo de cargo por excelencia de una conciencia de nación.

No voy a repetir mas lo ya dicho, a no ser este enmarcamiento inevitable para seguir hilando: tres fueron los universos de significación que se mestizaron en la poesía de Dalton: el de Marx, el de Cristo y el de Quezalcoatl. No es casual que su libro mas indigenista sea el que titulo Los testimonios, ni que precisamente se lo haya dedicado a su partido, el comunista, como un llamado a profundizar en las piedras ancestrales de nuestro ser colectivo.

4. De como fueron inmoladas las vidas paralelas de Roque Dalton.

Solo la muerte pudo separar en Roque al político del poeta, ya no para su beneficio personal pero si par el de tantos otros escritores y artistas que desde aquel diez de mayo pusieron su barba en remojo. Fueron sus vidas paralelas y hasta cierto punto siempre contradictorias, como les hermanos siameses marcus y Manas del relato de Salarrué. Esta oposición tan dialéctica y tan intima en Roque, da para un rastreo de lo mas colorido y dramático en la biografía y en la historia poética no solo de el sino e la cultura salvadoreña y cuscatleca.

Por ejemplo: antes de ser radical en política fue radical en poesía. Primero publico un grito de guerra cultural en versos, Los Cantos de Anastasio Aquino, de 1956, su parte en el poemario Dos puños por la tierra, escrito en coautoria con el poeta guatemalteco Otto Rene Castillo, exiliado entonces aquí.

Este poemario, la primicia de la Generación Comprometida, fue el mojón de la nueva poesía que no solo daba una versión propia del vanguardismo nerudiano sino que, por sobre todo, asumía unos valores auténticamente autóctonos, Así, el padre de la patria ya no seria el narigudo, halitoso y millonario Matías Delgado sino el mero Tayte Anastasio Aquino, el nuevo epónimo que no negaría a Morazan pero se colocaría sobre el, en los orígenes mismos de la nacionalidad:

Anastasio Izalco, Lempa Aquino: desde que tu naciste se ha hecho necesario apellidar la lucha y ponerle tu nombre.

Un año después, en 1957, teniendo 22 años de edad, entraba en el Partido Comunista Salvadoreño, donde “cuatro o cinco personajes”-- dice en uno de sus mas celebrados poemas -”personajes del domino de Goya” que parecían levemente aburridos lo hicieron escoger un seudónimo y programar un trabajo militante.

A los 18, estando en Chile, se había encontrado con Diego Rivera a quien admiraba como a un diosezno de la pintura socialista, y este le dijo sin mas ni mas a Roque que era un imbécil por no ser marxista cuando el marxismo era la lucidez y la vanguardia evidente en América Latina. El poeta se mantuvo aun un par de años mas en la religión de su madre, Doña María, tan católica y tan dulcemente mestiza. Pero como hemos dicho, luego entro a buscar a Dios en el partido comunista y a proponer a estos una teología de la liberación y hasta algún viaje chamánico para recuperar los trofeos de paz de Quetzalcoatl.

Roque político no solo sacrifico su vida sino también su poesía, hasta caer voluntariamente en el panfleto o en prosaización lamentable pero sabiéndolo. Me refiero sobre todo a poemas clandestinos, su póstuma voz ya sin poesía real pero son mucha propaganda sacrificial, guerrera. los seudónimos varios de este libro, los didactismos, las consignas mas bien toscas, revelan el grado de sacrificialidad que asumió un en su escritura.

Por eso hay que seguir investigando, reproduciendo y practicando la lección de mestizaje y de consecuencia ética - poética de Roque, que no quería estatuas ni homenajes o panegíricos, pero si quería avisarnos que no somos las mascaras de una democracia que nunca ha sido a pesar de tantas retóricas, sino una patria idéntica en si misma, una mama que para los pelos.

No he querido, pues, hacer un panegírico mas de nuestro poeta, sino instigar a su relectura, que viene a ser no para loa intranquilidad nacional, como diría el general Alemán manzanares, sino al contrario para nuestra propia identificación y sin ningún agravante por ser salvadoreños.

San Salvador, 22 de julio de 1996.